Cada vez son más los usuarios que traducen sus textos e incluso páginas web a través de traductores automáticos online, relegando en cierto modo el trabajo de los licenciados en Traducción e Interpretación. Esta acción conlleva sus pros y sus contras.
¿Hasta qué punto es fiable el trabajo que realizan los traductores automáticos? Su principal problema es la falta de lógica. Este tipo de traductores no son capaces de situarse en el contexto de una temática por lo que la traducción que aportan suele carecer de sentido y necesita de retoques. Para conseguir un resultado fiable es necesario que el texto contenga un léxico específico y que se trate de textos de tipo comercial o técnico, que no den lugar a dobles sentidos que desvíen el sentido. Son eficaces para palabras o frases sueltas, pero no para textos completos.
Al contrario, los licenciados en Traducción ofrecen resultados mucho más acertados gracias a que consiguen transmitir tanto el mensaje explícito como el implícito, pudiendo transmitir fielmente incluso textos metafóricos o frases hechas, una diferencia insalvable hoy día para los automáticos. Esto se debe a que son estudiosos de la traducción, pero también de la interpretación de los idiomas aprendidos.
Otro de los factores de los cuales carecen los traductores automáticos es la falta de nivel cultural. Transmitir una lengua es sinónimo de transmitir su cultura, con el fin de hacerla más comprensible. La cultura solo es posible aprenderla, por lo que un traductor automático carecerá de este conocimiento llegando a ofrecer una traducción mucho más pobre que en ocasiones puede llegar incluso a ser incomprensible para el lector.
Aun la existencia de dichas herramientas en la web, este tipo de traducciones automáticas no llegarán al nivel óptimo de las traducciones expertas, por su bajo nivel de comprensión necesario para realizar una traducción fiel y sin errores. Si bien pueden servir como herramienta de apoyo, no pueden sustituir el trabajo del ser humano.